sábado, mayo 12, 2007

Oscar Wilde 2

No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.

1 comentario:

Ana dijo...

Genial. Nunca lo había leído.
Y muy original para usar como excusa, en ocasiones...
La verdad es que me he reído un rato con este blog.
Me hacía falta.

Un beso